Los bosques de plantación están aumentando en todo el mundo

Equipo ProPopulus

La compensación del carbono es uno de los principales objetivos de los países que desean cumplir los objetivos establecidos por el Acuerdo de París. Esta es una de las razones por las que los bosques de plantación están aumentando tanto en Europa como en el resto del mundo. Sin embargo, a medida que aumenta la controversia en torno a los bosques y los servicios de los ecosistemas en Europa, los encargados de formular políticas deben mantener su atención centrada en la importancia que tienen tanto los bosques naturales o plantados como la gestión forestal sostenible en el objetivo global de abordar el cambio climático.

Según el documento «Cambios en los bosques de plantación e implicaciones globales futuras» que analiza los datos sobre los bosques de plantación durante 25 años (de 1990 a 2015) mientras el porcentaje de bosques mundiales está disminuyendo (del 31,85% al ​​30,85%), el área de bosques plantados aumentó del 4,06% al 6,95% del área total de bosques. El documento también revela que veinte países representaron el 85% de la superficie forestal plantada, mientras que 20 países diferentes representaron el 87% del suministro de madera en rollo forestal plantada.

Además de compensar el carbono, existen otras razones para el aumento de los bosques de plantación en todo el mundo. En sintonía con los ODS 2030, otra razón para el aumento es el impulso de la bioeconomía aumentando la demanda de productos de base biológica y productos de origen forestal.

Sin embargo, según el documento: “Para garantizar la contribución continua de los bosques de plantación, se requerirán varias respuestas tanto para mantener los bosques existentes como para desarrollar otros nuevos. La intensificación de la producción en los bosques existentes disminuirá la necesidad de mayores áreas forestales y compensará los conflictos de uso de la tierra relacionados con la seguridad alimentaria; las estrategias de adaptación climática deberán desarrollarse con urgencia, y el enfoque en la salud forestal debe seguir siendo una prioridad para la investigación”.

Por otro lado, el documento “El potencial global de restauración de árboles”, muestra cuánta cobertura de árboles adicional podría existir fuera de los bosques existentes y las tierras agrícolas y urbanas, y afirma que existe un potencial para 900 millones de hectáreas. El documento también establece que, si bien por el momento la disponibilidad de tierra no es un problema, incluso en los países europeos, el verdadero dilema es encontrar el árbol correcto para el lugar adecuado y la técnica correcta.

En este contexto, la silvicultura y la gestión sostenible de los bosques deben considerarse instrumentos para tener bosques naturales y plantados mejores y más saludables, y ayudar a alcanzar los ODS 2030 y abordar el cambio climático.

No obstante, la fricción en torno a la silvicultura está aumentando en Europa, ya que existe la percepción de que los bosques son un bien común, y que las empresas y los propietarios privados se están aprovechando y haciendo dinero con algo que pertenece a la sociedad. Teniendo en cuenta los beneficios que la sociedad obtiene de los bosques de plantación como servicios del ecosistema y los costos e inversiones asociados con el mantenimiento de los bosques, naturales o plantados, la gestión sostenible es imprescindible en cualquier debate o propuesta que surja al respecto. Es por ello que los encargados de formular políticas tienen un papel muy importante que desempeñar ya que pueden basar sus propuestas en datos científicos, que están más disponibles cada día, explorando nuevas técnicas y siendo creativos en su enfoque del tema.

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