El chopo, vital para la construcción de la bioeconomía en España

Equipo ProPopulus

La importancia del cultivo del chopo en la construcción de una bioeconomía, su potencial para la generación de empleo rural, sus ventajas ambientales y su eficiencia en términos de sostenibilidad fueron algunos de los temas que se abordaron durante la Jornada forestal “El Chopo”, celebrada el pasado 7 de octubre en Pamplona, Navarra, España. El evento fue organizado por la Asociación Forestal de Navarra (FORESNA-ZURGAIA), que forma parte de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), con la colaboración del gobierno de Navarra.

La jornada, que se produce en plena fase de planificación del Tercer Ciclo del Plan Hidrológico del Ebro, sirvió de marco para que Pablo Munilla, responsable del área de Control de Dominio Público Hidráulico en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), hiciera un esbozo de cuál es la situación actual del cultivo del chopo en la cuenca del Ebro. Para Munilla, son tiempos favorables para la populicultura y aseguró que la CHE “está decidida a apoyar esta especie y su cultivo, facilitando en lo posible los trámites”.

En España, las plantaciones de chopo se encuentran ubicadas principalmente en Castilla y León (65%) y en la cuenca del Ebro (20%). En Navarra hay unas 2.000 hectáreas de chopo, lo que implica importantes ventajas económicas y sociales para la región según destacó la Consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Itziar Gómez.

El chopo es una especie con enormes ventajas medioambientales. Funciona como sumidero de carbono y una superficie equivalente a un campo de fútbol sembrada de chopos absorbe la misma cantidad de CO2 que la que producen 32 coches en un año. Por otra parte , ayuda a purificar los suelos y las aguas subterráneas ya que puede absorber porcentajes significativos de los nitratos y fosfatos presentes en el suelo.

Además, es una especie rentable que genera hasta 800€/Ha., en los mejores casos y es de corta rotación, ya que los árboles alcanzan su madurez en 15 años aproximadamente y este rápido crecimiento hace que su capacidad de fijación de carbono sea mayor que la de otras especies.

Todas estas características hacen del chopo “un sector claramente adaptable y adaptativo, que genera capacidades ambientales en la gestión del recurso hídrico. Su cultivo es un sector económico importante. En este momento, en un entorno general incierto, para el chopo se da un escenario favorable, con estrategias mundiales frente al cambio climático, de fomento de la biodiversidad y de los usos eficientes de los recursos naturales y de estrategias de economía circular, sustituyendo materias primas de origen fósil, y también de desarrollo rural y lucha frente la despoblación”, según señaló María Dolores Pascual, presidenta de la CHE.

El catedrático de la Escuela Universitaria del Departamento de Ingeniería y Gestión Forestal del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid fue contundente al dirigirse a los populicultores señalando que hay que cambiar el paradigma: “ustedes no cultivan chopos, gestionan social, económica y ambientalmente las choperas”, dijo.

Por su parte la gerente de la COSE, Patricia Gómez Agrela, señaló que en la actualidad “España y Europa son deficitarios en madera y lo serán más, en un contexto actual de gran demanda mundial de madera. En este escenario, las plantaciones se hacen necesarias, no sólo para satisfacer esa demanda creciente sino también para evitar las cortas indiscriminadas de bosques naturales”.

Gómez Agrela agregó que en España “Tenemos suelo y clima adecuados para plantar chopos. 350 M€/año y 11.000 empleos, con una industria local sostenible que demanda madera de chopo, justifican hacer un esfuerzo. Los selvicultores no son meros cultivadores de chopos, son gestores de biodiversidad, bioeconomía y bienestar social”.

En el mismo sentido el ex presidente de ProPopulus y Presidente de Garnica Plywood indicó que “es obvio que el chopo genera empleo en el mundo rural. El sector forestal se ve obligado a mantener su presencia junto al recurso, porque el transporte de la materia prima a largas distancias lo hace inviable”.

Para Pedro Garnica “el chopo es la especie forestal con mayor valor comercial en el Valle del Ebro pese a la mínima superficie que ocupa. Es una madera con alta demanda y precios superiores al resto de especies. La madera de chopo tiene un alto nivel de demanda en España a diferencia de otras especies. Existen fondos europeos, pongámoslos en la Economía Verde”.

Ignacio García, director de la Asociación Española de Fabricantes de Tablero Contrachapado (AEFCON), señaló que la industria española que emplea la madera de chopo como materia prima es actualmente puntera en su sector y consume en torno a un millón de metros cúbicos anuales. De esta cantidad, más del 80% se destina a la fabricación de tablero contrachapado.

Indicó que en la cuenca del Duero, la definición de Dominio Público Hidráulico Cartográfico ha supuesto incluir en zona de dominio público 4.300 hectáreas que antes no lo estaban. La prohibición de cultivos arbóreos en zona de dominio público hidráulico que hace el vigente Plan Hidrológico del Duero hace que esas hectáreas, que representan el 10% de las hectáreas plantadas, no puedan seguir cultivando choperas lo que afectará a la disponibilidad de materia prima para la industria.

Agregó que la reducción del número de plantaciones afectará sin duda a la oferta. “Necesitamos madera de calidad. Aumentar el número de plantaciones, que se replanten y no se abandonen, y que no se desincentive la actividad”, pidió.

Por último, Juan Miguel Villarroel, gerente de FORESNA-ZURGAIA, quien moderó y cerró la jornada advirtió que “los costes del abandono, a la larga, son mayores que los de la actuación. En nuestro ámbito necesitamos políticas sólidas y a largo plazo, y más comunicación”, demandó.

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