El chopo ¿una alternativa al algodón?

Equipo ProPopulus

Un equipo de investigadores suecos propone reemplazar una parte del algodón para tejidos con fibras hechas de madera de chopos de rápido crecimiento. En la actualidad 34,5 millones de hectáreas de tierras cultivables en todo el mundo se dedican al algodón.

Al sustituir las fibras de algodón con fibras obtenidas de madera de chopo, los investigadores apuntan a disminuir la demanda de algodón para textiles y, en consecuencia, la cantidad de tierra dedicada a su cultivo.

El mayor beneficio de reemplazar las fibras de algodón para textiles con fibras derivadas de madera seería liberar millones de hectáreas de tierra dedicada plantaciones de algodón y dedicarlas al cultivo de alimentos.

Los investigadores también han explorado un nuevo método de procesamiento para extraer bio-aceites para combustible de los residuos del chopo usado para fibras textiles, con lo que se aprovecharía todo el árbol.

Otra ventaja de esta solución sería su contribución en la lucha contra el cambio climático al incrementar la dinámica del almacenamiento de carbono atmosférico, ya que los bosques de chopos podrían ayudar a reducir el carbono a medida que crecen, según han señalado los investigadores a la revista Joule.

Producir una tonelada de algodón requiere 2.955 m3 de agua. Es un proceso contaminante debido al uso de fertilizantes y otros productos químicos que se eliminan en cuerpos de agua dulce y causan eutrofización río abajo.

En la actualidad 34,5 millones de hectáreas de tierras cultivables en todo el mundo se dedican al algodón.

El algodón orgánico, cultivado con menos o sin productos químicos, es una solución, pero actualmente representa solo el 1% de la producción mundial de algodón y requiere más tierra para producir.

Esta es parte de la razón por la que está creciendo la demanda de fibras más sostenibles como la viscosa y el lyocell, que se producen a partir de la celulosa de la madera. Los chopos de rápido crecimiento son una buena fuente de celulosa.

El objetivo de la investigación es determinar si esta especie productiva puede reemplazar al algodón ahorrando recursos y optimizando el uso de terreno cultivable.

El método y los resultados

La investigación comenzó por analizar las tierras ‘marginales’ no cultivadas disponibles en el norte de Europa que son aptas para el cultivo de chopos, centrándose en países dentro de la región del mar Báltico, que incluye partes de Suecia, Polonia, Alemania, Lituania, Letonia, Estonia, Rusia. y Dinamarca.

Las tierras “marginales” son aquellas que no están designadas como tierras forestales y pueden ser inaccesibles o de bajo rendimiento debido a sus suelos arenosos y, por lo tanto, no aptas para la agricultura.

En estos países, identificaron 4,6 millones de hectáreas de tierras marginales disponibles, poco menos del 3 % de la superficie terrestre total, donde se podían cultivar chopos sin competir con la agricultura.

Luego, modelaron cuánta biomasa podrían producir los chopos ­en esta área. los clones investigados fueron SnowTiger y OP24. También exploraron el potencial de un método extractivo más eficiente llamado «fraccionamiento catalítico reducido», para convertir la pulpa de madera en fibras e hilos.

Por medio de este proceso también se puede extraer aceite como subproducto del 50% de la madera que normalmente queda después de procesar la celulosa para obtener fibra. Este aceite puede usarse para producir biocombustible.

Usando los datos de crecimiento de las dos variedades investigadas, el equipo calcula que, en la extensión de las tierras marginales en los países del Mar Báltico, estos árboles podrían generar 2,4 toneladas por hectárea de pulpa fibrosa cada año.

Aunque los investigadores centraron su análisis en los países bálticos, calculan que en toda Europa hay 43 millones de hectáreas de tierras marginales que podrían llenarse con plantaciones de chopo, liberando así grandes extensiones de tierra usada para el cultivo del algodón para uso alimentario.

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